Objetivos en esta sesión:
- Reflexionar sobre la importancia de facilitar el desarrollo de la autonomía de los hijos.
- Analizar la influencia de los estilos de comunicación en el proceso de socialización.
- Identificar las actitudes que favorecen la socialización y la independencia en los hijos.
- RECORDAMOS cómo el desarrollo del bienestar emocional de nuestros hijos se relaciona con estos tres elementos:
La seguridad afectiva, contenido de la sesión anterior, es entendida como una importante necesidad psicológica, que se relaciona con sentirse querido de forma incondicional.
Se desarrolla a partir de la creación del vínculo afectivo, dependiendo de nuestra capacidad para ser sensibles a las necesidades de nuestros hijos y de cómo las cubrimos. La creación de este vínculo implica por tanto el desarrollo de la empatía.
Somos capaces de ir fomentando esta seguridad afectiva cuando pasamos buenos momentos con nuestros hijos, expresamos con palabras y con gestos que les queremos y les mostramos nuestra confianza. Es fundamental no poner etiquetas al niño, distinguir lo que son de lo que hacen, especialmente cuando les corregimos alguna conducta.
Otros elementos esenciales para fomentar la seguridad afectiva son:
- La creación de un clima cálido, de respeto, de confianza…
- Ser capaces de mantener la calma y serenarnos ante las dificultades y conflictos del día
a día.
a día.
- Dedicar tiempo a ver cómo estamos nosotros mismos, potenciando nuestras fortalezas
y detectando nuestras aristas para trabajar sobre ellas.
y detectando nuestras aristas para trabajar sobre ellas.
- Es importante desarrollar la confianza en nuestros hijos, pero es muy difícil llegar a
este punto si nosotros no nos sentimos igualmente confiados.
este punto si nosotros no nos sentimos igualmente confiados.
- Desarrollar la autonomía es ayudar al niño a afrontar las situaciones desde la creencia del “yo puedo”, “yo puedo solo”.
- Para que el niño pueda llegar a sentirse capaz, es necesario que se sienta seguro para explorar y relacionarse con el entorno. Por ello, la seguridad afectiva y la autonomía están estrechamente relacionadas.
- Por otra parte, el sentirse progresivamente más capaz, la conquista sucesiva de situaciones en las que se promueve la autonomía, tiene una gran repercusión en el desarrollo de la autoestima.
La autoestima se va conformando sobre la toma de conciencia de cómo otros nos perciben, de la imagen que nos devuelven de nosotros mismos, por tanto, la percepción y valoración que el niño tiene de sí mismo depende esencialmente de la imagen que los padres le devolvemos. Si le transmitimos la confianza en sus capacidades y vamos promoviendo la autonomía con una exigencia adecuada a su edad, estamos contribuyendo al desarrollo de una autoestima equilibrada.
- En el lado contrario, la sobreprotección aparece como una actitud que no fomenta ni la autonomía ni la autoestima del niño. Suele aparecer vinculada al miedo a asumir riesgos. Como padres, debemos plantearnos qué miedos tenemos y valorar si están socavando la autonomía de los niños, de modo que podamos aprender a manejarlos sin proyectarlos en la relación que establecemos con ellos.
-
A continuación visionamos el montaje de vídeo "El extraño caso del cangurito".Nos repartimos por grupos e intentamos reflexionar sobre algunas cuestiones:
COMENTARIOS tras el visionado del vídeo: "El extraño caso del cangurito"
¿Qué le pasa a la madre? ¿Por qué actúa así?La madre, por una parte, está ejerciendo una excesiva sobreprotección sobre Cangurito, lo que podría deberse a varias causas: inseguridad, necesidad de control y manipulación, deseo de mantener seguro a su hijo a toda costa, miedo, comodidad, sentido de la propiedad, etc. Podría estar repitiendo modelos de sus propios padres o reflejando emociones y vivencias no bien trabajadas.
Por otra, vemos que ella también sufre, no sabemos cómo es su mundo. Puede estar volcando su insatisfacción personal en el "amor" a su hijo. Reflexionamos sobre la importancia de enriquecer nuestro mundo personal con otras relaciones sociales, experiencias, aficiones...
Son frecuentes sentimientos de culpa cuando tenemos niños pequeños y buscamos tiempos para tener nuestro espacio. Sin embargo, las personas que se lo han propuesto manifiestan el beneficio que supone para ellos y sus familias.
¿Cómo influye en el desarrollo de su hijo?No le deja crecer, le genera dudas, desinterés, apatía, inseguridad, dependencia, sentimiento de culpa, miedo. No sabe relacionarse con otros, rechaza y puede que estableciera en el futuro relaciones insanas con sus iguales (imitando a su madre o, al contrario, asumiendo el papel que tenía con ella). En el futuro, cuando debe enfrentar el mundo sin el soporte de la madre, ha perdido la confianza en sí mismo y es tarde para recuperar todo lo que se le ha impedido aprender.Parece claro que su conducta no es sana y que no tiene nada que ver con querer a su hijo, sino que la madre realiza todo eso para cubrir sus propias necesidades.
Nuestra tarea debe ser ayudar, dar soporte a nuestros hijos para que sean capaces de crear otros vínculos. Cuando ese momento llega, es importante que nosotros no nos hayamos "empequeñecido" como personas.
- ESTILOS EDUCATIVOS: De nuevo, en pequeños grupos analizamos e intentamos identificar los estilos educativos que subyacen en las siguientes expresiones. ¿En qué grado interfiere en la seguridad afectiva y la autonomía de los hijos?
- Deja la cuchara, está visto que si no te lo doy yo, no eres capaz de comer.- Si se lo doy, me aseguro que se toma todo y sin manchar- Estoy muy cansada, que coma cuando quiera...tampoco hay que estar todo el día encima.- Entiendo que estés triste porque se ha manchado tu dibujo, pero ahora lo arreglamos entre las dos- Me han dicho que pega en clase; también pega a su hermano, pero es que es pequeño- Ya te he dicho que si sacas los juguetes de la habitación van a la basura.- Si sigues así, mamá no te va a querer- Ya se que no te querías venir del parque, pero es muy tarde; cuando lleguemos a casa jugamos un ratito con las marionetas.- Ahora mismo te comes eso porque lo digo yo- Si te vuelves a caer o a manchar nos vamos a casa.- Si no quiere algo, le dejo; me da miedo por los números que monta- ¡Qué bien te has lavado los dientes!- No me lo digas llorando. Vete a tu cuarto y no me hables en todo el día.- No va a la excursión, es pequeño ¡Ya tendrá tiempo de salir!- ¡Muy bien!, ya eres capaz de ponerte sólo el abrigo.- Me entristece mucho oírle llorar- Quiero ver la Tele... Anda, cállate y hártate de tele.- ¡Que bonito lo que has hecho ¡cómo dibujas!- Prefiero no bajarle del cochecito para que no se ensucie y porque me da miedo que se caiga.- Déjalo, ya sufrirá bastante cuando sea mayor.- Juan ¡recogemos!, es la hora de la ducha; y luego vemos un cuento.
- Os dejamos el siguiente DOCUMENTO:
GUÍA AUTONOMÍA |
- El desarrollo de la autonomía forma parte junto a la seguridad afectiva, de las necesidades básicas de todos los niños.
- El acompañamiento que hacemos de nuestros hijos va pasando por diferentes momentos: al principio necesitan todo nuestro apoyo, y poco a poco ellos van siendo capaces de desplazarse, explorar, expresar con más medios sus necesidades...sin nuestra ayuda. Se va logrando el sentimiento de "yo puedo".
- En ocasiones, estamos atrapados por el miedo, "el miedo a actuar" paraliza. Hay que asumir que cuando damos autonomía a nuestros hijos estamos asumiendo riesgos. Por ello, es importante solucionar nuestros propios miedos, gestionar nuestras propias carencias, no cubrir nuestras necesidades a través de nuestros hijos. Es importante trabajar nuestras inseguridades afectivas, explorando nuestras emociones, aprender a "cuidarnos" a nosotros mismos, bien solos o bien apoyándonos en pareja.
- Importante analizar la "dependencia" que solemos tener de la opinión de los demás, pensar que por la conducta de nuestros hijos pueden otros pensar que nosotros somos así, Tenemos derecho a se los padres que queramos ser, elegir cómo hacemos las cosas y tener la capacidad de defender la postura que adoptemos ante los demás.
- Admitir que no somos perfectos y que el error puede ser una fuente de aprendizaje, son buenos puntos de partida para cambiar y mejorar como padres y madres y evitar "sentimientos de culpabilidad" que sólo sirven para bloquearnos.
- El ambiente en el que nosotros como padres nos hemos educado influye en la forma que educamos a nuestros hijos. De todas formas, nuestro estilo educativo lo vamos configurando en la medida en que establecemos el vínculo con nuestros hijos y vamos aprendiendo juntos.
- Aunque nadie tenemos un estilo educativo puro y único, debemos identificar dónde estamos, si en un estilo más sobreprotector, más estricto y controlado, etc. y dirigir los esfuerzos a compensar nuestras carencias. Habría que analizar igualmente cómo se ubican estos estilos dentro de la pareja y evitar solucionar los desencuentros delante del niño, por muy pequeño que sea. Tenemos que encontrar lo mejor del otro y evitar agudizar los extremos.
- Es necesario pararnos, ver cómo estamos y no tener miedo a los cambios. Teniendo en cuenta que éstos no son rápidos.
- El desarrollo de la autonomía requiere confianza en nosotros mismos y en la capacidad de nuestros hijos. La sobreprotección no ayuda a alcanzarla, pero esta sobreprotección puede ser muy evidente o manifestarse más sutílmente: como permisiva, autoritaria, como chantaje emocional...
- La autonomía supone un reto para el adulto y el niño: es el logro del sentimiento de "yo puedo" (soy capaz). Ahora bien, "no lo puedo todo", el niño también tiene que aprender que hay normas y límites que regulan mi comportamiento.
acerca de las rutinas básicas (alimentación, sueño, celos y rabietas) y penséis cómo actuaríais
en dichas situaciones.
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