sábado, 24 de noviembre de 2018

Los conflictos en el proceso de socialización: límites y rabietas

CUARTA SESIÓN: 20 nov. 2018

      Objetivos de esta sesión:
  1. Analizar por qué surgen los conflictos y qué valor tienen en el proceso de socialización.
  2. Analizar situaciones en las que pueden surgir conflictos: sueño, alimentación, rabietas y celos.          
  3. Señalar actitudes que favorecen respuestas adecuadas por parte de los niños y conductas a evitar.   

          Estamos en el ecuador de la Escuela, comentamos en gran grupo cómo se sienten. Vamos a
          analizar los cambios que estamos aplicando en nuestra vida cotidiana.Cómo nos encontramos
          en el grupo. Hay personas que se animan a compartir las reflexiones y los cambios que están
          haciendo.
  • "Aunque no hay cambios en mi entorno, estoy más tranquila y esto me permite ver las cosas de otra manera, vivir el presente, disfrutar de los  momentos compartidos con mi hijo..." 
  • "Tomar conciencia de que teníamos que dedicar algún momento para hablar mi pareja y yo sobre cómo hablamos y nos dirigimos a nuestros hijos. Rellenar conjuntamente el cuestionario nos ha servido para compartir."
  • "Mi pareja y yo hemos encontrado momentos para el ocio".
  • "Escuchar a los demás nos ayuda a sentirnos acompañados, ver que hay cosas que no solo me suceden a mí si no que son normales en el momento en que estamos."
  • "En ocasiones tomar conciencia de lo que nos preocupa o queremos mejorar, nos puede llevar a desarrollar sentimientos de culpa".
  • "Pararse a pensar antes de actuar y reconocer nuestras propias emociones y actitudes es el primer paso".
  • "No somos perfectos y es complicado en determinadas situaciones poner en práctica lo aprendido".
CONCLUSIÓN:
  Destacamos que existen diversidad de situaciones, debidas a las características diversas de los niños, y a las nuestras. Pero, esta diversidad no nos impide que aprovechemos lo que aprendemos aquí ya que, nos enriquece, nos permite aprender de los demás.
-    Tomar conciencia de lo que necesitamos mejorar es el punto de partida. Si esto nos genera sentimientos de culpa o de impotencia, nos podemos bloquear o frustar. Es importante confiar en nosotros y en las capacidades de nuestros hijos. Recordamos las cosas buenas que tenemos nosotros y en nuestra familia.
-    Marcarnos pequeñas metas o cambios en función de nuestra situación, darnos tiempo y disfrutar de los pequeños avances que podemos hacer. Quedamos estancados en los obstáculos, en la queja...nos impide aprender o mejorar.

            RECORDAMOS :
En la sesión anterior hablamos de los estilos educativos (autoritario, permisivo y democrático). Estos estilos se relacionan con dos factores esenciales en la relación padres-hijos: la afectividad y el control.
Es decir, cómo damos seguridad afectiva a los pequeños y cómo vamos fomentando su autonomía al mismo tiempo que establecemos las normas y límites que les enseñen progresivamente a regular su comportamiento, adquirir cierta tolerancia a la frustración y, en definitiva, prepararles para vivir en sociedad.

Algunas de las frases trabajadas son más acertadas, otras deberían ser mejoradas, reformuladas, teniendo en cuenta qué transmitimos a través de ellas: ¿Están proporcionando afecto?¿Transmitimos confianza en la seguridad del niño?¿Le devolvemos una imagen positiva de sí mismo?¿Le impide avanzar hacia el logro de la autonomía?.

ORIENTACIONES:

  • El desarrollo de la autonomía es junto a la seguridad afectiva las necesidades básicas de todos los niños.
  • El acompañamiento que hacemos de nuestros hijos va pasando por diferentes momentos: al principio necesitan todo nuestro apoyo, y poco a poco ellos van siendo capaces de desplazarse, explorar, expresar con más medios sus necesidades,…sin nuestra ayuda. Se va logrando el sentimiento de “yo puedo”
  • En ocasiones, estamos atrapados por el “miedo”, el “miedo a actuar” paraliza. Hay que asumir que cuando damos autonomía a nuestros hijos estamos asumiendo riesgos. Por ello, es importante solucionar nuestros propios miedos, gestionar nuestras propias carencias, no cubrir nuestras necesidades a través de nuestros hijos. Es importante trabajar nuestras inseguridades afectivas, explorando nuestras emociones, aprender a “cuidarnos” a nosotros mismos, bien solos o bien apoyándonos en pareja.
  • Importante analizar la “dependencia” que solemos tener de la opinión de los demás, pensar que por la conducta de nuestros hijos pueden otros pensar que nosotros somos así. Tenemos derecho a ser los padres que queremos ser, elegir cómo hacemos las cosas y tener la capacidad de defender la postura que adoptemos ante los demás.
  • Admitir que no somos perfectos y que el error puede ser una fuente de aprendizaje, son buenos puntos de partida para cambiar y mejorar como padres y madres y evitar “sentimientos de culpabilidad” que sólo sirven para bloquearnos.
  • Todos podemos utilizar en algunos momentos frases inadecuadas. Lo importante es observar el lenguaje y nuestra forma de comunicarnos con nuestros hijos. Si estas “frases negativas” son frecuentes y son las que predominan, tenemos que hacer un esfuerzo en evitarlas y trasformaslas. Nuestro estilo educativo lo vamos configurando en la medida en que establecemos el vínculo de afecto con nuestros hijos y vamos aprendiendo juntos.
  • Aunque nadie tenemos un estilo educativo puro y único, debemos identificar donde estamos, si en un estilo más sobreprotector, más estricto y controlador, etc. y dirigir los esfuerzos a compensar nuestras carencias.
  • Es necesario pararnos, ver cómo estamos y no tener miedo a los cambios. Teniendo en cuenta que éstos no son rápidos.
  • El desarrollo de la autonomía requiere confianza en nosotros mismos y en la capacidad de nuestros hijos. La sobreprotección no ayuda a alcanzarla, pero esta sobreprotección puede ser muy evidente o manifestarse más sutilmente: como permisiva, autoritaria, como chantaje emocional…
  • La autonomía supone un reto para el adulto y el niño: es el logro del sentimiento de “yo puedo” (soy capaz). Ahora bien, “no lo puedo todo”, el niño también tiene que aprender que hay normas y límites que regulan mi comportamiento.
 
  • PRESENTACIÓN DEL CONTENIDO DE LA 4ª SESIÓN:
  • Los conflictos y el proceso de socialización:
El conflicto forma parte del proceso de socialización ya que, no todo lo que los niños desean hacer es posible, bien por cuestiones culturales y/o sociales o bien por su propia seguridad física e integridad.  
En estas edades nuestros hijos tienen que aprender normas y límites en relación a su seguridad física, seguridad emocional (aprender a separarse de la figura de apego y ampliar relaciones), normas de convivencia y normas y límites relacionados con los hábitos de autonomía (aseo, comida...) 
Cuando un niño se enfrenta con el NO o con un límite que frena su curiosidad o experimentación, esto genera gran frustración. El niño debe aprender a controlar y canalizar esta frustración con tiempo y con la ayuda de los padres. Ese aprendizaje es crucial para su socialización. 

Es importante ajustar las normas y los límites al momento evolutivo en el que están nuestros hijos, ir ajustándolas a su crecimiento y circunstancias. Tener en cuenta que si son claras y pocas, coherentes y estables, será más fácil que nuestros hijos aprendan. Asimismo, reflexionar sobre la importancia de los modelos que ofrecemos así como de la ayuda y acompañamiento que pueden necesitar para hacer estos aprendizajes.

La manera de ser de nuestros hijos, su personalidad y temperamento son un factor a tener en cuenta, al igual que nuestra seguridad y firmeza a la hora de enfrentarnos a lo que esto representa.  

  • CASOS PRÁCTICOS: 

Nos distribuimos en grupos para analizar los casos prácticos que presentamos las semana anterior. Queda pendiente la puesta en común en grupo grande para el próximo día.
   
 Práctica: las rutinas



PIPPER: A continuación visionamos el corto de Disney, titulado Pipper.
Nos repartimos por grupos e intentamos reflexionar y hacemos la puesta en común.

                   1. ¿Qué le pasa a la madre? ¿Por qué actúa así?
                   2. ¿Cómo influye en el desarrollo de su hijo?
 



-       La madre acompaña y enseña a Pipper. Cuando éste quiere comer le alienta a salir del nido y hacerlo por sí mismo.
-  Necesidad de que los padres asumamos riesgos, siempre sabiendo cuáles son aceptables.
-       Se muestra cómo se desarrolla la autoestima y la confianza en uno mismo a través del logro de la autonomía.
-       Se comenta que es necesario permitirles descubrir el mundo y aprender a través de la experiencia.
-     Se ve cómo el aprendizaje se realiza también en la relación entre iguales. Estar con otros niños se convierte en un motor de desarrollo.
-        El mundo les proporciona experiencias para crecer aprendiendo.
-        Se constata la diferencia en el estilo educativo entre el estilo de la madre en este vídeo y el del cuento del cangurito.
-    Algunos padres y madres actúan de manera sobreprotectora, interviniendo en todas las acciones del niño, regulando o modulando su conducta. Otros, sin embargo, están pendientes y disponibles para atender sus necesidades, pero permiten al niñ@ ir probando sus capacidades, tomar la iniciativa, ser curiosos… 

v   Recordamos cómo el desarrollo del bienestar emocional de nuestros hijos se relaciona con 3 elementos: la seguridad, la autonomía y el establecimiento de normas y límites.
v  La sesión anterior hablamos de los estilos educativos (autoritario, permisivo y democrático). Estos estilos se relacionan con dos factores esenciales en la relación padres-hijos: la afectividad y el control. Es decir, cómo damos seguridad afectiva a los pequeños y cómo vamos fomentando su autonomía al mismo tiempo que establecemos las normas y límites que les enseñen progresivamente a regular su comportamiento, adquirir cierta tolerancia a la frustración y, en definitiva, prepararles para vivir en sociedad.

Padres y madres estamos condicionados por nuestra historia previa: estilo educativo de nuestros padres, valores dominantes, cierta presión social por la que nos sentimos juzgados por los demás… Es importante analizar cuál es nuestro estilo educativo y trata de compensar y ajustar aquellos aspectos más polarizados, que encontramos en los extremos, buscando un punto de equilibrio entre el afecto y el control que promueva los tres elementos ya descritos: la seguridad (sentirse aceptado incondicionalmente), la autonomía (“yo puedo”) y la aceptación de normas y límites (“no todo lo puedo”).

viernes, 16 de noviembre de 2018

Identificamos necesidades básicas 2: el desarrollo de la autonomía

TERCERA SESIÓN: 13 de noviembre de 2018

Objetivos en esta sesión:
  1. Reflexionar sobre la importancia de facilitar el desarrollo de la autonomía de los hijos.
  2. Analizar la influencia de los estilos de comunicación en el proceso de socialización.
  3. Identificar las actitudes que favorecen la socialización y la independencia en los hijos. 


  • RECORDAMOS cómo el desarrollo del bienestar emocional de nuestros hijos se relaciona con estos tres elementos:



    La seguridad afectiva, contenido de la sesión anterior, es entendida como una importante necesidad psicológica, que se relaciona con sentirse querido de forma incondicional.
Se desarrolla a partir de la creación del vínculo afectivo, dependiendo de nuestra capacidad para ser sensibles a las necesidades de nuestros hijos y de cómo las cubrimos. La creación de este vínculo implica por tanto el desarrollo de la empatía.
Somos capaces de ir fomentando esta seguridad afectiva cuando pasamos buenos momentos con nuestros hijos, expresamos con palabras y con gestos que les queremos y les mostramos nuestra confianza. Es fundamental no poner etiquetas al niño, distinguir lo que son de lo que hacen, especialmente cuando les corregimos alguna conducta.
Otros elementos esenciales para fomentar la seguridad afectiva son:
       -      La creación de un clima cálido, de respeto, de confianza…
       -     Ser capaces de mantener la calma y serenarnos ante las dificultades y conflictos del día
     a día.
       -      Dedicar tiempo a ver cómo estamos nosotros mismos, potenciando nuestras fortalezas
      y detectando nuestras aristas para trabajar sobre ellas.
       -    Es importante desarrollar la confianza en nuestros hijos, pero es muy difícil llegar a
     este punto si nosotros no nos sentimos igualmente confiados.


PRESENTACIÓN DEL CONTENIDO DE LA 3ª SESIÓN:

-    Desarrollar la autonomía es ayudar al niño a afrontar las situaciones desde la creencia del “yo puedo”, “yo puedo solo”.
-    Para que el niño pueda llegar a sentirse capaz, es necesario que se sienta seguro para explorar y relacionarse con el entorno. Por ello, la seguridad afectiva y la autonomía están estrechamente relacionadas.

-      Por otra parte, el sentirse progresivamente más capaz, la conquista sucesiva de situaciones en las que se promueve la autonomía, tiene una gran repercusión en el desarrollo de la autoestima.
La autoestima se va conformando sobre la toma de conciencia de cómo otros nos perciben, de la imagen que nos devuelven de nosotros mismos, por tanto, la percepción y valoración que el niño tiene de sí mismo depende esencialmente de la imagen que los padres le devolvemos. Si le transmitimos la confianza en sus capacidades y vamos promoviendo la autonomía con una exigencia adecuada a su edad, estamos contribuyendo al desarrollo de una autoestima equilibrada.
-     En el lado contrario, la sobreprotección aparece como una actitud que no fomenta ni la autonomía ni la autoestima del niño. Suele aparecer vinculada al miedo a asumir riesgos. Como padres, debemos plantearnos qué miedos tenemos y valorar si están socavando la autonomía de los niños, de modo que podamos aprender a manejarlos sin proyectarlos en la relación que establecemos con ellos.


  • DOCUMENTO 3: “La seguridad afectiva y el desarrollo de la autonomía”
    Seguridad afectiva

    A continuación visionamos el montaje de vídeo "El extraño caso del cangurito".
    Nos repartimos por grupos e intentamos reflexionar sobre algunas cuestiones:

    • Cuento del cangurito    


    COMENTARIOS tras el visionado del vídeo: "El extraño caso del cangurito"
       
    ¿Qué le pasa a la madre? ¿Por qué actúa así?
          La madre, por una parte, está ejerciendo una excesiva sobreprotección sobre Cangurito, lo que podría deberse a varias causas: inseguridad, necesidad de control y manipulación, deseo de  mantener seguro a su hijo a toda costa,  miedo, comodidad, sentido de la propiedad, etc. Podría estar repitiendo modelos de sus propios padres o reflejando emociones y vivencias no bien trabajadas. 

    Por otra, vemos que ella también sufre, no sabemos cómo es su mundo. Puede estar volcando su insatisfacción personal en el "amor" a su hijo. Reflexionamos sobre la importancia de enriquecer nuestro mundo personal con otras relaciones sociales, experiencias, aficiones...
    Son frecuentes sentimientos de culpa cuando tenemos niños pequeños y buscamos tiempos para tener nuestro espacio. Sin embargo, las personas que se lo han propuesto manifiestan el beneficio que supone para ellos y sus familias.

    ¿Cómo influye en el desarrollo de su hijo?
        No le deja crecer, le genera dudas, desinterés, apatía, inseguridad, dependencia,   sentimiento de culpa, miedo. No sabe relacionarse con otros, rechaza y puede que estableciera en el futuro relaciones insanas con sus iguales (imitando a su madre o, al contrario, asumiendo el papel que tenía con ella). En el futuro, cuando debe enfrentar el mundo sin el soporte de la madre, ha perdido la confianza en sí mismo y es tarde para recuperar todo lo que se le ha impedido aprender.
          Parece claro que su conducta no es sana y que no tiene nada que ver con querer a su hijo, sino que la madre realiza todo eso para cubrir sus propias necesidades.

    Nuestra tarea debe ser ayudar, dar soporte a nuestros hijos para que sean capaces de crear otros vínculos. Cuando ese momento llega, es importante que nosotros no nos hayamos "empequeñecido" como personas.

  • ESTILOS EDUCATIVOS: De nuevo, en pequeños grupos analizamos e intentamos identificar los estilos educativos que subyacen en las siguientes expresiones. ¿En qué grado interfiere en la seguridad afectiva y la autonomía de los hijos?                                    


    -       Deja la cuchara, está visto que si no te lo doy yo, no eres capaz de comer.
    -       Si se lo doy, me aseguro que se toma todo y sin manchar
    -       Estoy muy cansada, que coma cuando quiera...tampoco hay que estar todo el día encima.
    -      Entiendo que estés triste porque se ha manchado tu dibujo, pero ahora lo arreglamos entre las dos
    -       Me han dicho que pega en clase; también pega a su hermano, pero es que es    pequeño
    -       Ya te he dicho que si sacas los juguetes de la habitación van a la basura.
    -        Si sigues así, mamá no te va a querer
    -       Ya se que no te querías venir del parque, pero es muy tarde; cuando lleguemos a casa jugamos un ratito con las marionetas.
    -        Ahora mismo te comes eso porque lo digo yo
    -        Si te vuelves a caer o a manchar nos vamos a casa.
    -        Si no quiere algo, le dejo; me da miedo por los números que monta
    -        ¡Qué bien te has lavado los dientes!
    -        No me lo digas llorando. Vete a tu cuarto y no me hables en todo el día. 
    -        No va a la excursión, es pequeño ¡Ya tendrá tiempo de salir!
    -        ¡Muy bien!, ya eres capaz de ponerte sólo el abrigo.
    -         Me entristece mucho oírle llorar
    -         Quiero ver la Tele... Anda, cállate y hártate de tele.
    -        ¡Que bonito lo que has hecho ¡cómo dibujas!
    -        Prefiero no bajarle del cochecito para que no se ensucie y porque me da miedo     que se caiga.
    -        Déjalo, ya sufrirá bastante cuando sea mayor.
    -        Juan ¡recogemos!, es la hora de la ducha; y luego vemos un cuento.

    • Os dejamos el siguiente DOCUMENTO:

    GUÍA AUTONOMÍA

              ORIENTACIONES:
    • El desarrollo de la autonomía forma parte junto a la seguridad afectiva, de las necesidades básicas de todos los niños. 
    • El acompañamiento que hacemos de nuestros hijos va pasando por diferentes momentos: al principio necesitan todo nuestro apoyo, y poco a poco ellos van siendo capaces de desplazarse, explorar, expresar con más medios sus necesidades...sin nuestra ayuda. Se va logrando el sentimiento de "yo puedo".
    • En ocasiones, estamos atrapados por el miedo, "el miedo a actuar" paraliza. Hay que asumir que cuando damos autonomía a nuestros hijos estamos asumiendo riesgos. Por ello, es importante solucionar nuestros propios miedos, gestionar nuestras propias carencias, no cubrir nuestras necesidades a través de nuestros hijos. Es importante trabajar nuestras inseguridades afectivas, explorando nuestras emociones, aprender a "cuidarnos" a nosotros mismos, bien solos o bien apoyándonos en pareja.
    • Importante analizar la "dependencia" que solemos tener de la opinión de los demás, pensar que por la conducta de nuestros hijos pueden otros pensar que nosotros somos así, Tenemos derecho a se los padres que queramos ser, elegir cómo hacemos las cosas y tener la capacidad de defender la postura que adoptemos ante los demás.
    • Admitir que no somos perfectos y que el error puede ser una fuente de aprendizaje, son buenos puntos de partida para cambiar y mejorar como padres y madres y evitar "sentimientos de culpabilidad" que sólo sirven para bloquearnos.
    • El ambiente en el que nosotros como padres nos hemos educado influye en la forma que educamos a nuestros hijos. De todas formas, nuestro estilo educativo lo vamos configurando en la medida en que establecemos el vínculo con nuestros hijos y vamos aprendiendo juntos.
    • Aunque nadie tenemos un estilo educativo puro y único, debemos identificar dónde estamos, si en un estilo más sobreprotector, más estricto y controlado, etc. y dirigir los esfuerzos a compensar nuestras carencias. Habría que analizar igualmente cómo se ubican estos estilos dentro de la pareja y evitar solucionar los desencuentros delante del niño, por muy pequeño que sea. Tenemos que encontrar lo mejor del otro y evitar agudizar los extremos.
    • Es necesario pararnos, ver cómo estamos y no tener miedo a los cambios. Teniendo en cuenta que éstos no son rápidos.
    • El desarrollo de la autonomía requiere confianza en nosotros mismos y en la capacidad de nuestros hijos. La sobreprotección no ayuda a alcanzarla, pero esta sobreprotección puede ser muy evidente o manifestarse más sutílmente: como permisiva, autoritaria, como chantaje emocional...
    • La autonomía supone un reto para el adulto y el niño: es el logro del sentimiento de "yo puedo" (soy capaz). Ahora bien, "no lo puedo todo", el niño también tiene que aprender que hay normas y límites que regulan mi comportamiento.

       
               Os pediríamos que realicéis una lectura y reflexionéis en casa sobre los siguientes supuestos
               acerca de las rutinas básicas (alimentación, sueño, celos y rabietas) y penséis cómo actuaríais
               en dichas situaciones.

     Práctica: las rutinas


      sábado, 10 de noviembre de 2018

      Identificamos necesidades básicas: La seguridad afectiva

      SEGUNDA SESIÓN:  6 de noviembre de 2018
      • Objetivos en esta sesión:
      1. Reflexionar sobre la importancia de la seguridad afectiva como pilar básico para un desarrollo favorable.
      2. Analizar las respuestas que damos a las necesidades afectivas de los niños y los buenos ratos que pasamos juntos.

      • En esta segunda sesión se va a entregar el  DOCUMENTO 2 : “Momentos importantes en el   desarrollo de los niños/as de 0 a 6 años”.
          
                                            Momentos importantes en el desarrollo de los niñod       
                                     
      • Es importante hacer explícitos,  para los papás que se incorporan hoy,  los tres ámbitos esenciales que se van abordando durante la escuela y que es esencial cultivar de forma equilibrada
      o   Los hijos: cómo acompañarles de forma segura, empática, afectiva, disfrutando de nuestra relación con ellos; aspectos relativos a la crianza, como la alimentación, el sueño, el control de esfínteres, etc.
      o     La pareja: comunicación, resolución de conflictos, temores, cómo cuidar nuestra relación ante los cambios que supone la llegada de los hijos.
      o      El propio bienestar personal: cuidar de nosotros mismos, concedernos tiempo, ajustar nuestro nivel de exigencia, disfrutar de esta nueva etapa sin abandonar quiénes somos, lo que nos gusta…
      Estos tres ámbitos determinan el clima familiar. Es esencial buscar el equilibrio, pues desestabilizar uno de ellos tiene consecuencias en el resto.
      Todos reconocemos que la llegada de los hijos supone realizar cambios notables; nos ponemos manos a la obra respecto a la organización de los espacios de la casa,  la “intendencia”, la organización, los horarios… Pero hay otros cambios muy significativos, cambios emocionales y psicológicos, a los que a veces no dedicamos suficiente atención. Con la triangularidad (padre-madre-hijos), pueden aparecer temores, inseguridades, celos, rencores… Igual que atendemos los aspectos más materiales que implica ser padres, tenemos que atender los aspectos relacionales en torno a esta idea de la triangularidad.

      Para ello hay que buscar acuerdos, igual que acordamos un reparto de tareas, o el nombre del bebé, hay que acordar pautas de crianza, la nueva organización familiar, cómo gestionara las visitas...

      • En nuestra segunda sesión, vamos a trabajar los siguientes aspectos:


      • Visionamos hoy un fragmento de la película hispano-argentina Kamchatka, en concreto entre los minutos 44´46" al 46´55", como punto de partida para el desarrollo de la sesión. (Más o menos es este fragmento que hemos enlazado de youtube).



              Después de visionar la película, reflexionamos en pequeños grupos intentando contestar las
              siguientes preguntas:
                      1. ¿Qué nos sugiere lo que hemos visto?
                      2.  Recordar los buenos momentos que pasamos con nuestros hijos.
                      3. ¿Cómo damos seguridad afectiva a nuestros hijos?

                REFLEXIONES:

      • Puede ser difícil encontrar estos momentos en la vida diaria, con la cantidad de responsabilidades que se tienen. Sin embargo, cualquier momento es bueno para compartir en familia, por lo que es necesario trabajar para que surjan y aprovechar todas las situaciones posibles.
      • Capacidad de los padres de expresar afecto y cariño a través de gestos, miradas...
      • La unión familiar y de la pareja. Ambiente y clima alegre, de cariño. Imagen de una familia feliz.
      • La naturalidad en los momentos compartidos, cómo surge la ilusión de algo sencillo.
      • Se aprecia el cariño que se tienen, actúan con amor. Parecen satisfechos.
      • Hay que disfrutar y promover que surjan estos momentos relevantes, en los que de repente somos conscientes de lo que es la felicidad
      • La capacidad que demuestran los padres para integrar a todos los hijos y de manera diferente unos u otros. Para hacerlos participar, animándoles.
      • Se pone de manifiesto la importancia de ponerse a la altura de los niños para hacer cualquier actividad (bailar, jugar, hablar…).
      • Los hijos imitan a los padres y se contagia de la alegría, por lo que es importante que sean los padres los que hagan un esfuerzo por crear este ambiente.



                  RESUMEN final de la sesión:

           
        • TAREA:
                                                                                                                                                                                                                                              Identificar qué aspectos de los que hemos hablado nos cuestan más y desearíamos mejorar.