Objetivos de esta sesión:
- Analizar por qué surgen los conflictos y qué valor tienen en el proceso de socialización.
- Analizar situaciones en las que pueden surgir conflictos: sueño, alimentación, rabietas y celos.
- Señalar actitudes que favorecen respuestas adecuadas por parte de los niños y conductas a evitar.
Estamos en el ecuador de la Escuela, comentamos en gran grupo cómo se sienten. Vamos a
analizar los cambios que estamos aplicando en nuestra vida cotidiana.Cómo nos encontramos
en el grupo. Hay personas que se animan a compartir las reflexiones y los cambios que están
haciendo.
- "Aunque no hay cambios en mi entorno, estoy más tranquila y esto me permite ver las cosas de otra manera, vivir el presente, disfrutar de los momentos compartidos con mi hijo..."
- "Tomar conciencia de que teníamos que dedicar algún momento para hablar mi pareja y yo sobre cómo hablamos y nos dirigimos a nuestros hijos. Rellenar conjuntamente el cuestionario nos ha servido para compartir."
- "Mi pareja y yo hemos encontrado momentos para el ocio".
- "Escuchar a los demás nos ayuda a sentirnos acompañados, ver que hay cosas que no solo me suceden a mí si no que son normales en el momento en que estamos."
- "En ocasiones tomar conciencia de lo que nos preocupa o queremos mejorar, nos puede llevar a desarrollar sentimientos de culpa".
- "Pararse a pensar antes de actuar y reconocer nuestras propias emociones y actitudes es el primer paso".
- "No somos perfectos y es complicado en determinadas situaciones poner en práctica lo aprendido".
CONCLUSIÓN:
- Destacamos que existen diversidad de situaciones, debidas a las características diversas de los niños, y a las nuestras. Pero, esta diversidad no nos impide que aprovechemos lo que aprendemos aquí ya que, nos enriquece, nos permite aprender de los demás.
- Tomar conciencia de lo que necesitamos mejorar es el punto de partida. Si esto nos genera sentimientos de culpa o de impotencia, nos podemos bloquear o frustar. Es importante confiar en nosotros y en las capacidades de nuestros hijos. Recordamos las cosas buenas que tenemos nosotros y en nuestra familia.
- Marcarnos pequeñas metas o cambios en función de nuestra situación, darnos tiempo y disfrutar de los pequeños avances que podemos hacer. Quedamos estancados en los obstáculos, en la queja...nos impide aprender o mejorar.
RECORDAMOS :- Destacamos que existen diversidad de situaciones, debidas a las características diversas de los niños, y a las nuestras. Pero, esta diversidad no nos impide que aprovechemos lo que aprendemos aquí ya que, nos enriquece, nos permite aprender de los demás.
- Tomar conciencia de lo que necesitamos mejorar es el punto de partida. Si esto nos genera sentimientos de culpa o de impotencia, nos podemos bloquear o frustar. Es importante confiar en nosotros y en las capacidades de nuestros hijos. Recordamos las cosas buenas que tenemos nosotros y en nuestra familia.
- Marcarnos pequeñas metas o cambios en función de nuestra situación, darnos tiempo y disfrutar de los pequeños avances que podemos hacer. Quedamos estancados en los obstáculos, en la queja...nos impide aprender o mejorar.
En la sesión anterior
hablamos de los estilos
educativos (autoritario, permisivo y democrático). Estos estilos se relacionan con dos
factores esenciales en la relación padres-hijos: la afectividad y el control.
Es decir, cómo damos
seguridad afectiva a los pequeños y cómo vamos fomentando su autonomía al mismo
tiempo que establecemos las normas y límites que les enseñen progresivamente a
regular su comportamiento, adquirir cierta tolerancia a la frustración y, en
definitiva, prepararles para vivir en sociedad.
Algunas de las frases trabajadas son más acertadas, otras deberían ser mejoradas, reformuladas, teniendo en cuenta qué transmitimos a través de ellas: ¿Están proporcionando afecto?¿Transmitimos confianza en la seguridad del niño?¿Le devolvemos una imagen positiva de sí mismo?¿Le impide avanzar hacia el logro de la autonomía?.
ORIENTACIONES:
Algunas de las frases trabajadas son más acertadas, otras deberían ser mejoradas, reformuladas, teniendo en cuenta qué transmitimos a través de ellas: ¿Están proporcionando afecto?¿Transmitimos confianza en la seguridad del niño?¿Le devolvemos una imagen positiva de sí mismo?¿Le impide avanzar hacia el logro de la autonomía?.
ORIENTACIONES:
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El desarrollo de la autonomía es junto a la seguridad afectiva las necesidades básicas de todos los niños.
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El acompañamiento que hacemos de nuestros hijos va pasando por diferentes momentos: al principio necesitan todo nuestro apoyo, y poco a poco ellos van siendo capaces de desplazarse, explorar, expresar con más medios sus necesidades,…sin nuestra ayuda. Se va logrando el sentimiento de “yo puedo”
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En ocasiones, estamos atrapados por el “miedo”, el “miedo a actuar” paraliza. Hay que asumir que cuando damos autonomía a nuestros hijos estamos asumiendo riesgos. Por ello, es importante solucionar nuestros propios miedos, gestionar nuestras propias carencias, no cubrir nuestras necesidades a través de nuestros hijos. Es importante trabajar nuestras inseguridades afectivas, explorando nuestras emociones, aprender a “cuidarnos” a nosotros mismos, bien solos o bien apoyándonos en pareja.
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Importante analizar la “dependencia” que solemos tener de la opinión de los demás, pensar que por la conducta de nuestros hijos pueden otros pensar que nosotros somos así. Tenemos derecho a ser los padres que queremos ser, elegir cómo hacemos las cosas y tener la capacidad de defender la postura que adoptemos ante los demás.
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Admitir que no somos perfectos y que el error puede ser una fuente de aprendizaje, son buenos puntos de partida para cambiar y mejorar como padres y madres y evitar “sentimientos de culpabilidad” que sólo sirven para bloquearnos.
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Todos podemos utilizar en algunos momentos frases inadecuadas. Lo importante es observar el lenguaje y nuestra forma de comunicarnos con nuestros hijos. Si estas “frases negativas” son frecuentes y son las que predominan, tenemos que hacer un esfuerzo en evitarlas y trasformaslas. Nuestro estilo educativo lo vamos configurando en la medida en que establecemos el vínculo de afecto con nuestros hijos y vamos aprendiendo juntos.
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Aunque nadie tenemos un estilo educativo puro y único, debemos identificar donde estamos, si en un estilo más sobreprotector, más estricto y controlador, etc. y dirigir los esfuerzos a compensar nuestras carencias.
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Es necesario pararnos, ver cómo estamos y no tener miedo a los cambios. Teniendo en cuenta que éstos no son rápidos.
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El desarrollo de la autonomía requiere confianza en nosotros mismos y en la capacidad de nuestros hijos. La sobreprotección no ayuda a alcanzarla, pero esta sobreprotección puede ser muy evidente o manifestarse más sutilmente: como permisiva, autoritaria, como chantaje emocional…
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La autonomía supone un reto para el adulto y el niño: es el logro del sentimiento de “yo puedo” (soy capaz). Ahora bien, “no lo puedo todo”, el niño también tiene que aprender que hay normas y límites que regulan mi comportamiento.
- PRESENTACIÓN DEL CONTENIDO DE LA 4ª SESIÓN:
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Los conflictos y el proceso de socialización:
El conflicto forma parte del
proceso de socialización ya que, no todo lo que los niños desean
hacer es posible, bien por cuestiones culturales y/o sociales o bien
por su propia seguridad física e integridad.
En estas edades nuestros hijos tienen que aprender normas y límites en relación a su seguridad física, seguridad emocional (aprender a separarse de la figura de apego y ampliar relaciones), normas de convivencia y normas y límites relacionados con los hábitos de autonomía (aseo, comida...)
En estas edades nuestros hijos tienen que aprender normas y límites en relación a su seguridad física, seguridad emocional (aprender a separarse de la figura de apego y ampliar relaciones), normas de convivencia y normas y límites relacionados con los hábitos de autonomía (aseo, comida...)
Cuando un niño se enfrenta
con el NO o con un límite que frena su curiosidad o
experimentación, esto genera gran frustración. El niño debe
aprender a controlar y canalizar esta frustración con tiempo y con
la ayuda de los padres. Ese aprendizaje es crucial para su
socialización.
Es importante ajustar las normas y los límites al momento evolutivo en el que están nuestros hijos, ir ajustándolas a su crecimiento y circunstancias. Tener en cuenta que si son claras y pocas, coherentes y estables, será más fácil que nuestros hijos aprendan. Asimismo, reflexionar sobre la importancia de los modelos que ofrecemos así como de la ayuda y acompañamiento que pueden necesitar para hacer estos aprendizajes.
La manera de ser de nuestros hijos, su personalidad y temperamento son un factor a tener en cuenta, al igual que nuestra seguridad y firmeza a la hora de enfrentarnos a lo que esto representa.
Es importante ajustar las normas y los límites al momento evolutivo en el que están nuestros hijos, ir ajustándolas a su crecimiento y circunstancias. Tener en cuenta que si son claras y pocas, coherentes y estables, será más fácil que nuestros hijos aprendan. Asimismo, reflexionar sobre la importancia de los modelos que ofrecemos así como de la ayuda y acompañamiento que pueden necesitar para hacer estos aprendizajes.
La manera de ser de nuestros hijos, su personalidad y temperamento son un factor a tener en cuenta, al igual que nuestra seguridad y firmeza a la hora de enfrentarnos a lo que esto representa.
- CASOS PRÁCTICOS:
Nos distribuimos en grupos para analizar los casos prácticos que presentamos las semana anterior. Queda pendiente la puesta en común en grupo grande para el próximo día.
PIPPER: A continuación visionamos el corto de Disney, titulado Pipper.
Nos repartimos por grupos e intentamos reflexionar y hacemos la puesta en común.
1. ¿Qué le pasa a la madre? ¿Por qué actúa así?
2. ¿Cómo influye en el desarrollo de su hijo?
- La madre acompaña y enseña a Pipper. Cuando éste
quiere comer le alienta a salir del nido y hacerlo por sí mismo.
- Necesidad de que los padres asumamos riesgos,
siempre sabiendo cuáles son aceptables.
- Se muestra cómo se desarrolla la autoestima y la
confianza en uno mismo a través del logro de la autonomía.
- Se comenta que es necesario permitirles descubrir
el mundo y aprender a través de la experiencia.
- Se ve cómo el aprendizaje se realiza también en la relación
entre iguales. Estar con otros niños se convierte en un motor de desarrollo.
- El mundo les proporciona
experiencias para crecer aprendiendo.
- Se constata la diferencia en el estilo educativo
entre el estilo de la madre en este vídeo y el del cuento del cangurito.
- Algunos padres y madres actúan de manera
sobreprotectora, interviniendo en todas las acciones del niño, regulando o
modulando su conducta. Otros, sin embargo, están pendientes y disponibles para
atender sus necesidades, pero permiten al niñ@ ir probando sus capacidades,
tomar la iniciativa, ser curiosos…
v Recordamos
cómo el desarrollo del bienestar emocional de nuestros hijos se relaciona con 3
elementos: la seguridad, la autonomía y el establecimiento de normas y
límites.
v La sesión anterior hablamos de los estilos educativos (autoritario, permisivo y
democrático). Estos estilos se relacionan con dos factores esenciales en la
relación padres-hijos: la afectividad y el control. Es decir, cómo damos
seguridad afectiva a los pequeños y cómo vamos fomentando su autonomía al mismo
tiempo que establecemos las normas y límites que les enseñen progresivamente a
regular su comportamiento, adquirir cierta tolerancia a la frustración y, en
definitiva, prepararles para vivir en sociedad.
Padres y
madres estamos condicionados por nuestra historia previa: estilo educativo de
nuestros padres, valores dominantes, cierta presión social por la que nos
sentimos juzgados por los demás… Es importante analizar cuál es nuestro estilo
educativo y trata de compensar y ajustar aquellos aspectos más polarizados, que
encontramos en los extremos, buscando un punto de equilibrio entre el afecto y
el control que promueva los tres elementos ya descritos: la seguridad (sentirse
aceptado incondicionalmente), la autonomía (“yo puedo”) y la aceptación de
normas y límites (“no todo lo puedo”).