SEGUNDA SESIÓN: 29 de octubre de 2019
- Objetivos en esta sesión:
- Reflexionar sobre la importancia de la seguridad afectiva como pilar básico para un desarrollo favorable.
- Analizar las respuestas que damos a las necesidades afectivas de los niños y los buenos ratos que pasamos juntos.
- En esta segunda sesión entregamos el DOCUMENTO 2 : “Momentos importantes en el desarrollo de los niños/as de 0 a 6 años”.
- RESUMEN 1ª sesión: Es importante hacer explícitos, para los papás que se incorporan hoy, los tres ámbitos esenciales que se van abordando durante la escuela y que es esencial cultivar de forma equilibrada
o Los hijos: cómo acompañarles de forma segura, empática, afectiva, disfrutando de nuestra relación con ellos; aspectos relativos a la crianza, como la alimentación, el sueño, el control de esfínteres, etc.
o La pareja: comunicación, resolución de conflictos, temores, cómo cuidar nuestra relación ante los cambios que supone la llegada de los hijos.
o El propio bienestar personal: cuidar de nosotros mismos, concedernos tiempo, ajustar nuestro nivel de exigencia, disfrutar de esta nueva etapa sin abandonar quiénes somos, lo que nos gusta…
Estos tres ámbitos determinan el clima familiar. Es esencial buscar el equilibrio, pues desestabilizar uno de ellos tiene consecuencias en el resto.
Todos reconocemos que la llegada de los hijos supone realizar cambios notables; nos ponemos manos a la obra respecto a la organización de los espacios de la casa, la “intendencia”, la organización, los horarios… Pero hay otros cambios muy significativos, cambios emocionales y psicológicos, a los que a veces no dedicamos suficiente atención. Con la triangularidad (padre-madre-hijos), pueden aparecer temores, inseguridades, celos, rencores… Igual que atendemos los aspectos más materiales que implica ser padres, tenemos que atender los aspectos relacionales en torno a esta idea de la triangularidad.
Para ello hay que buscar acuerdos, igual que acordamos un reparto de tareas, o el nombre del bebé, hay que acordar pautas de crianza, la nueva organización familiar, cómo gestionara las visitas...
Para ello hay que buscar acuerdos, igual que acordamos un reparto de tareas, o el nombre del bebé, hay que acordar pautas de crianza, la nueva organización familiar, cómo gestionara las visitas...
- En nuestra segunda sesión, trabajamos los siguientes aspectos:
- ¿Qué características tiene esa persona?
- ¿Qué cosas cuesta interpretar?
- Visionamos hoy un fragmento de la película hispano-argentina KAMCHATKA, en concreto entre los minutos 44´46" al 46´55", como punto de partida para el desarrollo de la sesión.
- Después de visionar la película, REFLEXIONAMOS en pequeños grupos intentando contestar las siguientes preguntas:
- Da
seguridad
- Es
paciente
- Te
escucha
- Te
conoce
- Da
cariño
- Te
hace sentir bien
- Da
apoyo incondicional
- Que
pegue
- Las
rabietas sin motivo
- Que
tire las cosas
- Los
desayunos complicados
- Temporadas
con pataletas
1. ¿Qué nos sugiere lo que hemos visto?
2. Recordamos los buenos momentos que pasamos con nuestros hijos.
3. ¿Cómo les damos seguridad?
2. Recordamos los buenos momentos que pasamos con nuestros hijos.
3. ¿Cómo les damos seguridad?
-
Unión familiar y de la pareja. Ambiente
y clima alegre, de cariño.
-
Capacidad de los padres y madres para integrar y
adaptarse a los hijos.
-
Seguridad, complicidad, compenetración → miradas,
gestos, abrazos, besos.
-
Escena alegre → ríen, juegan, bailan.
-
Timidez y vergüenza.
-
Libertad
-
Hay contacto físico (importante) entre la pareja
y con los hijos.
-
Imprescindible ponerse a la altura de los hijos para
relacionarse con ellos.
- Padres y madres deben crear un ambiente sano, de alegría: los hijos imitan a los padres.
RESUMEN final de la sesión: IDEAS CLAVES.
- La necesidad psicológica más importante que tenemos todos los humanos, niños y adultos, es sentirnos queridos (seguridad afectiva), sentir que somos importantes para nuestros padres, pareja, amigos... Significa querer y aceptar al niño incondicionalmente, lo que no quiere decir que nos guste todo lo que haga.
- Ser conscientes de cómo estamos, nos permite buscar soluciones, sacar nuestros recursos y evitar que las posibles carencias en un momento determinado, nos lleven a intentar cubrirlas sólo con el afecto de los hijos.
- El vínculo afectivo que se va construyendo entre los padres y el niño será más sólido en la medida que los padres sean sensibles a las necesidades de los niños y las cubran. Desarrollar la capacidad de ponernos en su lugar ayuda a entender sus reacciones, el llanto… y a dar una respuesta ajustada.
- La Función de los padres es:
a) Responder a sus necesidades de manera serena y segura. Como ejemplo, vemos que determinados dichos populares no recogen la mejor respuesta ante el llanto del bebé, al aconsejar que no se le coja en brazos. En muchos momentos cogerle puede ser la mejor respuesta para calmarle o satisfacer la necesidad de sentirse seguro; en otras ocasiones puede sustituirse por hablarle con suavidad y calidez; o darle una propuesta de juego. No es una respuesta adecuada dejarle llorar sin más.
b) Ir poniendo palabras a esas emociones, contenerlas cuando ellos no pueden, mostrar cariño y seguridad; evitando siempre el chantaje afectivo. - Además de compartir con los hijos el juego, la risa, las expresiones de cariño... es necesario decirles que les queremos, también cuando ha habido algún conflicto y les regañamos por algo; algo parecido se da entre los adultos.
- Somos personas en tanto que nos relacionamos con los demás. Hay muchas interacciones cada día, una tras otra; en función de cómo sean éstas se irá generando una sensación de bienestar o de malestar, cuya persistencia hará que vayamos consolidando una idea acerca de cómo son estas relaciones. Para que haya un desarrollo afectivo adecuado, tenemos que promover un clima seguro, sereno, de respeto, cálido, amoroso.
- Es importante diferenciar lo que los niños hacen (rabietas, portarse mal…) de lo que son: lo que nos produce “rechazo” son esas conductas, nunca nuestros hijos.
- No podemos hacerlo bien si nosotros no estamos bien. En general, cuando estamos tranquilos y serenos sí sabemos lo que hay que hacer. Tenemos que controlar nuestras propias emociones: reconocer que nuestra emoción (enfado, cansancio, tristeza…) pueden estar por encima de lo que sabemos que hay que hacer (hora del cuento…) nos da opción a anticipar y se pueden hacer esas cosas, aunque sea de manera diferente.
- Es importante que confiemos en nuestros hijos, pero para eso, primero tenemos que confiar en nosotros mismos.
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