martes, 15 de noviembre de 2022

Los conflictos en el proceso de SOCIALIZACIÓN

CUARTA SESIÓN:  11 de noviembre de 2022

  • Objetivos en esta sesión:
  1. Analizar por qué surgen los conflictos y qué valor tienen en el proceso de socialización.
  2. Analizar situaciones en las que pueden surgir conflictos: sueño, alimentación, rabietas y celos.          
  3. Señalar actitudes que favorecen respuestas adecuadas a los conflictos analizados y conductas a evitar.    


Aunque somos conscientes de la singularidad de cada familia (en función de las características de los niños y de las nuestras propias), esto no merma la utilidad de lo que compartimos en estas sesiones. Las experiencias compartidas nos enriquecen y nos permiten aprender de los demás. 

Hemos de admitir que no somos perfectos, que cometemos errores pero también, que éstos pueden ser fuente de aprendizaje. Ambas reflexiones son buenos puntos de partida para cambiar y mejorar como padres y madres y evitar “sentimientos de culpabilidad” que sólo sirven para bloquearnos.

Es importante tomar conciencia de aquellos aspectos que necesitamos mejorar. Si esto nos genera sentimientos de culpa o de impotencia, nos podemos bloquear o frustrar. Debemos confiar en nosotros mismos y en las capacidades de nuestros hijos.  Recordamos las cosas buenas que tenemos nosotros y en nuestra familia.

Podemos marcarnos pequeñas metas o cambios en función de nuestra situación, darnos tiempo y disfrutar de los pequeños avances que podamos hacer. Quedarnos estancados en los obstáculos, en la queja...nos impide aprender o mejorar.

Aunque ninguno de nosotros tiene un estilo educativo puro y único, debemos identificar donde estamos, si en un estilo más sobreprotector, más estricto y controlador, etc. y dirigir los esfuerzos a compensar nuestras carencias. Nuestro estilo educativo lo vamos configurando en la medida en que establecemos el vínculo de afecto con nuestros hijos y vamos aprendiendo juntos. 

Terminamos el tema de los estilos educativos del día anterior con el siguiente vídeo del Ministerio de Sanidad y Servicios Sociales que nos sirve para identificar y valorar aspectos que se comentaron en la última sesión.

 

 
  • COMENZAMOS recordando la idea principal que hemos ido compartiendo hasta ahora: El desarrollo de la autonomía y la seguridad afectiva forman parte de las necesidades básicas de todos los niños. 
Ahora bien, “no lo puedo todo”, el niño también tiene que aprender que hay normas y límites que regulan su comportamiento. 

 

El conflicto forma parte del proceso de socialización, no todo lo que los niños desean hacer es posible, bien por cuestiones culturales y/o sociales o bien por su propia seguridad e integridad física.  
En estas edades nuestros hijos tienen que aprender normas y límites en relación a su seguridad física, seguridad emocional (aprender a separarse de la figura de apego y ampliar relaciones), normas de convivencia y normas y límites relacionados con los hábitos de autonomía (aseo, comida...) 
Cuando un niño se enfrenta con el NO o con un límite que frena su curiosidad o experimentación, esto genera gran frustración. El niño debe aprender a controlar y canalizar esta frustración con tiempo y con la ayuda de los padres. Ese aprendizaje es crucial para su socialización. 

Es importante ajustar las normas y los límites al momento evolutivo en el que están nuestros hijos, ir ajustándolas a su crecimiento y circunstancias. Tener en cuenta que si son claras y pocas, coherentes y estables, será más fácil que nuestros hijos aprendan. Asimismo, reflexionar sobre la importancia de los modelos que ofrecemos así como de la ayuda y acompañamiento que pueden necesitar para hacer estos aprendizajes.

  • ¿Qué tenemos en cuenta a la hora de abordar LOS CONFLICTOS?
  1. Cómo está el niño, el contexto, las personas que se encuentran presentes, nosotros mismos...
  2. Cuidar tanto lo que decimos como la manera de decirlo.
  3. Las atribuciones que hacemos de la situación.
  4. Dar respuestas que cubran las necesidades del niño y las nuestras, para evitar crear nuevos conflictos.
  5. La manera de ser de nuestros hijos, su personalidad y temperamento son un factor a tener en cuenta, al igual que nuestra seguridad y firmeza a la hora de enfrentarnos a lo que esto representa. 
Actitudes y respuestas que los padres debemos FAVORECER:
- Activar los recursos que nos ayudan a controlar los nervios, las emociones y percepciones desajustadas.
-  Empatizar con el niño/a, ponernos en su lugar.
-  Actuar uniendo los esfuerzos de ambos miembros de la pareja, o del ámbito familiar.
Actitudes y respuestas que los padres debemos EVITAR:
-  Alargar indefinidamente el conflicto e incluso crear nuevos conflictos.
-  No prever los propios límites y dejarse desbordar por la situación.

CASOS PRÁCTICOS: 
  • Analizamos, en pequeño grupo, los casos prácticos que os proporcionamos y tratamos de contestar a las siguientes preguntas:
                                - Necesidades de los padres en esta rutina.
                                - Necesidades de los hijos.
                                - Actitudes que debemos favorecer.
                                - Actitudes que debemos evitar.


EXTRAEMOS CONCLUSIONES:






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